El primer ministro británico, Boris Johnson anunció su renuncia como líder del Partido Conservador, un primer paso hacia su salida del poder.
Johnson quiere seguir en el cargo hasta octubre, cuando los conservadores tendrán su conferencia anual y nombrarían a un nuevo jefe de Gobierno, aunque varios legisladores exigen que se vaya ya.
“Quiero que sepan lo triste que estoy por abandonar el mejor trabajo del mundo”, dijo el primer ministro en un discurso en la puerta de la residencia oficial, 10 Downing Street.
Johnson declaró que seguirá en el cargo “hasta que haya un nuevo líder” conservador. “El proceso de elección de ese nuevo líder debe comenzar ahora, y el cronograma se anunciará la próxima semana”, precisó.
Johnson afirmó asimismo que en política “nadie es ni remotamente indispensable” y que el sistema electoral “darwiniano” producirá un nuevo líder.
En medio de una serie de escándalos y dimisiones en su gobierno, Johnson fue abandonado por el Partido Conservador y su renuncia como líder de la formación gubernamental implica dejar también las riendas del gobierno.
La imagen de Johnson ya estaba muy debilitada por el Partygate, las 16 fiestas que, según el informe oficial, Boris Johnson y altos funcionarios organizaron en la residencia oficial en medio de la cuarentena por Covid-19, además de denuncias de corrupción por la costosa reforma de su residencia oficial y supuestos amiguismos en contratos oficiales.
El Partygate derivó en una moción de censura realizada por el Comité 1922 del Partido Conservador que Johnson superó hace exactamente un mes, el 6 de junio.
El primer ministro recibió 211 votos de apoyo (59%) y 148 en contra (41%). A pesar de haber sobrevivido, el porcentaje de miembros en su contra fue histórico.
Johnson, que logró la más importante mayoría conservadora en décadas gracias a la promesa de realizar el Brexit, ahora solo contaría con el respaldo de 65 diputados, según medios británicos.
Sin embargo, no fue el Partygate sino un escándalo sexual lo que acabó por costarle el puesto. En febrero, el primer ministro decidió colocar en el estratégico puesto de whip parlamentario -que se encarga de dirigir y “disciplinar” los votos del Partido Conservador- a Christopher Pincher, un hombre cercano y de confianza para Johnson.