Rafael Nadal dio un paso más en su carrera y se convirtió en el máximo ganador de torneos de Grand Slam (con 22 títulos) tras alzarse con su decimocuarto título de Roland Garros al superar ampliamente a Casper Ruud en dos horas y 18 minutos de juego. El español se impuso por 6-3, 6-3 y 6-0 y es nuevamente el Rey de París.
Decidido, concentrado y seguro. Así se presentó Rafael Nadal en el Court Philippe Chatrier para afrontar una nueva final de Roland Garros ante un Casper Ruud que quiere conseguir por primera vez la Copa de los Mosqueteros.
El español dio inicio a la gran final tras escoger el saque, y con él, el primer punto y juego del encuentro. Rápidamente el manacorí, con un estilo agresivo en cada devolución, pudo quebrar al noruego para ponerse 2-0, aunque posteriormente desperdició la posibilidad de estirar la ventaja a tres al no poder mantener su servicio, producto de haber cometido dos dobles falta de forma consecutiva.
Después de volver a imponerse a Ruud (3-1), Rafa no desaprovechó la nueva oportunidad que se le presentó y finalmente logró despegar para ponerse tres games arriba y comenzar a encaminar el primer set, el cual acabó 6-3 en 50 minutos.
En el comienzo de la segunda manga se pudo ver a un Casper Ruud un poco más confiado que al principio.
Sin embargo, cuando Ruud se empezaba a acomodar, el manacorí le impidió estirar la ventaja, recuperó el brake, igualó el set, se lo dio vuelta (3-5) y tomó las riendas de la segunda manga de manera extraordinaria.
En 57 minutos el quinto del ranking ATP se quedó con el set nuevamente por 6-3 tras una doble falta de un noruego que parecía prácticamente acabado mentalmente.
El último set fue prácticamente un trámite para un Rafael Nadal que desde el inicio salió decidido a conquistar su decimocuarto Roland Garros.
El español, de 36 años dominó de principio a fin a Casper Ruud durante las 2 horas y 18 minutos que duró la gran final. El noruego nunca se sintió cómodo dentro de la arcilla de París y se vio superado en todo momento por el oriundo de Manacor.
Han pasado ya 17 años desde la primera conquista de Rafa en Francia y ha llegado a la definición pese a que por primera vez en muchos años no era el gran favorito.
No había dudas con su tenis pero sí por su estado físico y, sobre todo, por esa lesión crónica en el pie izquierdo que lo volvió a traicionar en Roma y que puso en peligro su participación en el torneo que más éxitos le dio en su trayectoria deportiva. “Preferiría perder y tener un pie nuevo”, dijo el mallorquín tras vencer a Alexander Zverev en las semifinales.