El grupo radical palestino Hamas lanzó más de 130 proyectiles contra Israel, en respuesta a un ataque que derrumbó un edificio.
Los enfrentamientos entre los grupos armados palestinos en la Franja de Gaza e Israel ya han causado al menos 70 muertos y provocaron este miércoles la movilización de la comunidad internacional para evitar una “guerra a gran escala”.
El movimiento islamista Hamas anunció una andanada de 130 cohetes contra el territorio israelí, con lo cual el número de proyectiles lanzados desde el diminuto enclave palestino se elevaría a más de 1.000 desde que el conflicto empezó a degenerar, el pasado lunes.
Hamas advirtió que este nuevo ataque era una respuesta a la destrucción de un gran edificio de una decena de plantas en Gaza, donde estaba situada, entre otras, las oficinas de la cadena televisiva local Al Qods.
Los ataques fueron constantes a lo largo del día, a uno y otro lado de la frontera. En la Franja de Gaza murieron 65 personas, de las cuales 16 eran niños.
Cohetes palestinos lanzados desde la ciudad de Gaza, contra territorio de Israel, este miércoles. Foto: DPA
Del lado israelí se informó de al menos siete víctimas mortales. Un soldado murió por el disparo de un misil antitanque, un niño de seis años tras el estallido de un cohete en Sederot.
Hamas también reconoció la muerte de varios comandantes, entre ellos Bassem Issa, jefe de su rama militar en la ciudad de Gaza.
Preocupación internacional
Son los combates más intensos desde la guerra de 2014, lo que llevó a Estados Unidos a anunciar el envío de un emisario a la región, Hady Amr, subsecretario de Estado adjunto a cargo de los asuntos israelíes y palestinos.
Washington instó a su aliado israelí, al que sigue apoyando en el Consejo de Seguridad de la ONU, a evitar en la medida de lo posible “víctimas civiles”.
Rusia por su parte pidió la reunión urgente del Cuarteto para Oriente Medio, que también agrupa a la Unión Europea y a la ONU.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió durante una visita en Moscú la “desescalada” para proteger la vida de los civiles “que mueren en condiciones absolutamente inaceptables”.
“Debe hacerse todo lo posible para prevenir un conflicto más amplio”, agregó por su parte el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
El grupo Hamas lanzó este miércoles otra lluvia de cohetes contra Israel. Foto: EFE
La ONU busca mediar
Fuentes diplomáticas afirmaron a la AFP que la ONU, con la ayuda de Qatar y Egipto, inició una mediación con las partes “afectadas” para lograr una distensión.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan pidió en cambio “dar una lección” a Israel.
La actual oleada de violencia tiene su origen en los disturbios del fin de semana en la Explanada de las Mezquitas, el tercer lugar más sagrado del Islam, en Jerusalén Este, anexionado por Israel en 1967.
En los territorios ocupados por las fuerzas isralíes ya han fallecido tres palestinos, pero de nuevo, el grueso de los combates tiene lugar en Gaza, bajo control de los grupos armados palestinos armados, más radicales.
Un edificio de departamentos se derrumbó por un bombardeo de Israel en la Ciudad de Gaza, este miércoles. Foto: DPA
Sirenas y diluvio de cohetes
Las sirenas volvieron a sonar al caer la tarde de este miércoles en Tel Aviv y sus alrededores ante el diluvio de cohetes.
La gran mayoría de los cohetes de Hamas son interceptados por el sistema de defensa aérea Cúpula de Hierro, pero no todos.
En Givatayim, en pleno corazón de Israel, una localidad que nunca hasta ahora había sufrido el impacto de proyectiles, los habitantes quedaron aterrorizados.
“Todas las ventanas de mi casa reventaron y las paredes quedaron agrietadas”, contó a la AFP Galit Bialobopolo, de 50 años.
Y la tensión estalló también con crudeza en una localidad mixta, Lod, con un 40% de población árabe, en la que se produjeron graves disturbios el martes.
Fuerzas israelíes desplegadas en la ciudad de Lod, donde viven árabes y judíos, en un clima de tensión creciente. Foto: REUTERS
Una violencia que el presidente israelí Reuven Rivlin calificó de “pogrom” por parte de “una multitud árabe sedienta de sangre”.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró el estado de emergencia en la ciudad.
Algunos observadores temen que los disturbios civiles se intensifiquen. En varias ciudades del país donde conviven judíos y árabes, manifestantes con banderas palestinas quemaron coches y propiedades, atacaron a automovilistas y se enfrentaron a la policía.
El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, dijo durante una visita a la ciudad de Ashkelon que “el ejército seguirá atacando (Gaza) para garantizar una calma total y duradera” y aseguró que “solo cuando hayamos alcanzado este objetivo podremos hablar de tregua”.
Ante este clima, la Corte Penal Internacional (CPI) advirtió que pueden haberse cometido crímenes de guerra.