18.2 C
La Costa
viernes, abril 19, 2024

La segundo autopsia confirmó que la muerte de Alejandro Martínez fue un homicidio

La segunda autopsia del cuerpo de Alejandro Nicolás Martínez, el hombre de 35 años que murió en la comisaría de San Clemente del Tuyú el pasado 18 de noviembre, confirmó que se trató de un homicidio.

El abogado Miguel Molina, representante de la familia de la víctima, aseveró que el resultado “arroja todavía mayor cantidad de lesiones” que en la primera revisión.

Estos resultados rebaten las sospechas del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien había dicho tras el primer examen que “no hay nada que cierre en la autopsia“.

Sin embargo, el resultado del segundo análisis confirmó que la víctima fue torturada y asfixiada.

La perito de parte, Virginia Créimer, quien se especializa en casos de violencia institucional, participó de esta nueva autopsia, dispuesta por la Justicia a partir del reclamo formulado por algunos defensores de los 9 efectivos involucrados.

Los mismos peritos propuestos por la fuerza se asombraban por la enorme cantidad de lesiones en rostro, cráneo, miembros, las fracturas torácicas que le produjeron una asfixia que, dentro de la multiplicidad de lesiones parecidas, lo llevó a una asfixia mortal”, indicó Créimer.

Además, el informe realizado por el Instituto de Ciencias Forenses de Lomas de Zamora determinó que el cuerpo presentaba “lesiones figuradas“, es decir que reproducen el elemento con el cual fueron producidas, en este caso con los borceguíes policiales.

Créimer indicó que se “descubrió que en toda la región lumbar existían lesiones vitales traumáticas compatibles con golpes directos sobre la superficie corporal con elementos similares a la tonfa (bastón) que utilizan los policías bonaerenses“.

Alejandro Martínez fue detenido en la madrugada del jueves 18 de noviembre por causar disturbios en el Gran Hotel Fontainebleau de San Clemente del Tuyú.

Poco más de una hora después, murió en la comisaría 3ª. De acuerdo a una empleada, esos “disturbios” eran que Martínez creía que alguien en la habitación quería lastimarlo y sentía que estaba en peligro.

Por el hecho detuvieron a 9 policías, acusados de “homicidio agravado por ser cometido por un miembro integrante de la fuerza policial abusando de su función“, una pena que prevé prisión perpetua.

En este marco, un preso que estaba en el mismo calabozo declaró ante el fiscal Pablo Gamaleri (ya no tiene la causa a su cargo) que a Martínez “lo agarraron entre tres, le apretaron la cara contra el piso y lo golpearon“.

Martínez era oriundo de Brandsen, adonde lo apodaban “El Gordo John”, pero estaba viviendo en San Clemente, lugar al que había regresado hacía unas semanas. Una de las razones era que le encantaba la pesca. Y estaba por abrir un local de comidas.

NOTICIAS RELACIONADAS