Más de dosl personas, incluidos miembros del grupo terrorista libanés Hezbollah, médicos y el embajador iraní en Líbano, Mojtaba Amani, resultaron gravemente heridas el martes cuando los pagers (bípers) que utilizaban para comunicarse explotaron, presuntamente debido a un hackeo israelí, según fuentes de seguridad.
Por lo menos tres personas murieron en el ataque, según la organización extremista.
Las explosiones ocurrieron en múltiples ubicaciones del Líbano y Siria, y generaron pánico y caos mientras las autoridades locales y hospitales luchaban por atender a los heridos y solicitaban donaciones de sangre, en lo que se considera la mayor falla de seguridad contra el grupo en casi un año de conflicto con Israel.
Hasta ahora, no se ha confirmado un número total de fallecidos, pero Hezbollah confirmó en un comunicado que tres personas, entre ellas una niña, murieron en las explosiones.
Reuters informó que un miembro de Hezbollah, hijo del parlamentario libanés y miembro del grupo terrorista Ali Ammar, murió en una de las explosiones, y una niña de nueve años, Fatima Jaafar Abdullah, perdió la vida cuando un dispositivo explotó en la casa de sus padres en el pueblo de Saraain, según su familia y fuentes cercanas al grupo.
El canal de noticias Alhadath, de propiedad saudí, cita fuentes anónimas que afirman que altos dirigentes de Hezbollah y sus asesores resultaron heridos. Además, varios miembros del Hezbollah libanés fueron trasladados a hospitales en la capital siria, Damasco, y sus alrededores.
Los dispositivos de comunicación de Hezbollah que estallaron en todo Líbano y en Siria eran del último modelo, introducidos por el grupo terrorista en los últimos meses, según informaron a Reuters tres fuentes de seguridad.
Un periodista de Reuters vio ambulancias corriendo por los suburbios del sur de la capital, Beirut, en un contexto de pánico generalizado. Los residentes afirmaron que se estaban produciendo explosiones incluso 30 minutos después de las detonaciones iniciales.