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jueves, diciembre 5, 2024

Enólogos sub 20: adolescentes argentinos que hacen y venden sus propios vinos

Aprendieron el oficio de sus padres y elaboraron sus primeras botellas antes de terminar el secundario.

Antes de tener edad legal para comprar y consumir bebidas alcohólicas, ellos comenzaron a elaborarlas. Manuel, Paula, Agustín y Stefano Michelini son enólogos precoces que lanzaron a la venta sus propios vinos antes de los 20 años.

Siguen los pasos de sus padres, reconocidos viticultores y fundadores de la premiada bodega mendocina SuperUco. De ellos aprendieron el oficio desde niños. Pero, a diferencia de otros casos de emprendimientos familiares con varias generaciones en el rubro, aquí los chicos no solo colaboraron en los proyectos de los mayores sino que crearon productos nuevos siendo adolescentes.

El pionero fue Manuel Michelini, hijo de los enólogos Gerardo Michelini y Andrea Mufatto, que a los 19 lanzó Plop!, un rosado de Cabernet Franc que entonces -2015- impresionó a críticos y agotó rápidamente la producción inicial de poco más de 1.000 botellas. Hoy Manuel tiene 26 años y, ahora sí con título académico de enólogo, produce vinos en España (una versión de Plop!, entre ellos) mientras sus primos le siguen los pasos en Argentina.

Manuel Michelini a los 19 años, cuando presentó sus vinos Plop!. Foto: Instagram.

Manuel Michelini a los 19 años, cuando presentó sus vinos Plop!. Foto: Instagram.

Entre la escuela y el viñedo

Stéfano Michelini (17) está en quinto año del secundario y elabora su vino, Formación Libre, desde que tenía 13. Con sus hermanas Paula, Martina y Josefina están dedicados a la nueva bodega familiar La Estocada, un viñedo agroecológico en el valle de Gualtallary (Tupungato), con animales de granja y apicultura.

Su papá, el enólogo Matías Michelini, fue el encargado de registrar la marca en el INPI (Instituto Nacional de la Propiedad Industrial). Stefano -“Nano” para la familia- podrá tenerla a su nombre recién cuando sea mayor de edad. Sin embargo, no solo es el autor del vino sino que sale a venderlo, a través de degustaciones técnicas y presentaciones a los distribuidores.

“Desde que era chiquito, mi papá me llevaba a la bodega. Me gustaba probar el mosto (jugo de uva) y ver la pasión con la que trabajaba”, cuenta a Clarín, después de haber terminado una clase virtual del colegio.

Stefano Michelini durante la vendimia en Mendoza. Foto: Alejandro Bella Luna.

Stefano Michelini durante la vendimia en Mendoza. Foto: Alejandro Bella Luna.

En 2017, con la ayuda de su papá hizo su primer vino. Fue una sola barrica de Malbec, que permitió llenar 282 botellas. “Lo llamé así porque salió de un viñedo en Gualtallary, en el complejo Tupungato Winelands, donde el tipo de conducción (dirección para el crecimiento de la planta) es libre (sistema gobelet). Me representa en mi forma de ser”, afirma.

Por tratarse de una partida limitada, las botellas del Malbec de Stefano tienen un precio de venta en vinotecas de $ 4.400. Las ganancias las reinvierte en la compra de barricas e insumos para embotellar.

“Me siento muy privilegiado de tener mi propia marca de vino y recibir toda la sabiduría y pasión que me transmitió mi familia”, dice, entusiasmado. Proyecta tener su propia bodega y, apenas termine el secundario, piensa compartir un emprendimiento de vinos con su novia Paloma.

La edad es un condicionante para beber alcohol, por eso las reglas en su casa son claras: “Solo pruebo vino en las catas a ciegas, que es lo que me permite aprender de variedades y lugar”. Nano cumple los 18 en agosto.

Paula Michelini (derecha), junto a la sommelier Pía Graziosi y su vino "Enorgullecida". Foto: Instagram.

Paula Michelini (derecha), junto a la sommelier Pía Graziosi y su vino “Enorgullecida”. Foto: Instagram.

Vinos hechos por jóvenes para jóvenes

Paula Michelini, una de las hermanas de Nano, tiene 21. Apenas terminó el secundario probó estudiar la carrera de Dirección de Cine en Buenos Aires, pero la pasión familiar fue más fuerte.

“Nunca pensé en ser enóloga, le repetía a mi papá que no quería hacer nada con el vino. Pero cuando estudiaba en Buenos Aires extrañaba el campo”, recuerda. Así, a los 19 volvió a Mendoza y trabajó en su primera vendimia, entre 12 y 14 horas diarias, sin que le pese.

Pronto llegó su propia línea de vinos, Enorgullecida, que creó junto a su amiga sommelier Pía Graziosi y el chef porteño Santiago Macías. Es un vino naranjo, elaborado con uvas blancas fermentadas con sus pieles, lo que da la tonalidad naranja y unos aromas y sabores diferentes a los del vino blanco.

Tiene otro vino con uvas de Salta, también naranjo, de variedades blancas Ugni Blanc y Riesling, Lo llamó Única Blanca (2020). Este 2021 avanza en la elaboración de un Semillón fermentado en un ánfora de 500 litros.

“Como a la gente joven le encanta la cerveza, pienso que el vino naranjo puede gustar mucho porque tiene amargor”, cuenta Paula, que prefiere los vinos blancos porque los considera “más suaves, más fáciles de tomar”.

Cuando le preguntan sobre la experiencia de comenzar a elaborar vinos en la adolescencia, Paula repite una frase de su primo Manuel que la marcó: “Somos jóvenes viviendo en un mundo de grandes”. Y reconoce que para hacerlo seriamente ha tenido que dejar de lado salidas, momentos con amigos y familia. Sin embargo,confiesa que no imagina su vida de otro modo.

Agustín Michelini hizo su primer vino a los 18.

Agustín Michelini hizo su primer vino a los 18.

Lo mismo le pasa a su primo Agustín Michelini (21), hijo de Gabriel, quien en SuperUco se ocupa de la parte comercial y administrativa.

Cuando Agustín tenía 18, su tío Matías le regaló uvas para que pudiera concretar su deseo de hacer un vino con su compañero de escuela Ramiro de Cohn. Así nació Señor X, un vino rosado elaborado con las variedades criolla y Moscatel. Fue una partida de 600 botellas y la etiqueta llevaba la imagen de Homero Simpson.

Sobre esa experiencia que duró una sola añada, dice: “Lo hicimos para nuestros amigos, queríamos que dejaran de pensar en la cerveza y se animaran a tomar vino”.

Ahora, mientras estudia la carrera de Enología en la Facultad Don Bosco de Mendoza, trabaja en otro vino propio, un dulce natural hecho con uvas de las vides del jardín de su casa de Tupungato.

Su hermana más chica, Lourdes (18), está estudiando para ser sommelier y también colabora con la bodega. Por ahora no ha hecho su propio vino “sub 20”. Por ahora.

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