El ministro de Educación planteó que la apertura de las escuelas depende de que se refuercen los controles para contener la segunda ola de coronavirus.
En medio de las tensas deliberaciones para definir nuevos controles contra la segunda ola del coronavirus, el ministro de Educación, Nicolás Trotta, indicó que la presencialidad en las escuelas “no es definitiva ni permanente” y que por ello depende de que se tomen las acciones necesarias para evitar los contagios.
“Hoy la evidencia nos confirma que si sostenemos los protocolos cuidados podemos mantener la presencialidad cuidada en la escuela. Ahora, esto no es algo definitivo ni permanente“, advirtió en declaraciones a radio 10.
Seguido, Trotta agregó que, ante esa situación, “tenemos que restringir los espacios de contagio en otros ámbitos de la vida, principalmente en lo social, dicen los especialistas”.
“Tenemos que restringir encuentros en los espacios en donde no cumplamos el distanciamiento, la ventilación, el uso del tapaboca porque eso va a repercutir indefectiblemente en la escuela”, insistió.
El titular de la cartera educativa explicó que, por ahora, la tasa de detección de contagios en las escuelas es “muy baja”. “En el caso de los estudiantes, el 0,16% son casos positivos, y en el caso de los docentes, el 1,03%”, precisó.
Además, resaltó que ya se vacunó a “casi medio millón de docentes y auxiliares que recibieron la primera dosis”.
“Todos aquellos que queremos priorizar la presencialidad en la escuela tenemos que ser consecuentes y, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires, ejercer la fiscalización para que se cumplan los protocolos, como estamos haciendo un enorme esfuerzo para que se cumplan dentro en la escuela”, remarcó antes, en declaraciones a Radio Nacional.
En ese marco, Trotta señaló, a modo de ejemplo, que durante el fin de semana en los bares del barrio porteño de Palermo “parecía la Argentina de la prepandemia y eso afecta a la escuela porque, si los contagios se multiplican, va a terminar en algún momento afectando la presencialidad”.
“Tenemos que cambiar lo que está mal; no castiguemos los espacios donde estamos logrando y la evidencia lo confirma, construir una presencialidad cuidada porque, como sociedad, estamos poniendo en orden nuestras prioridades y no se está ejerciendo la fiscalización para que cumplamos los cuidados”, enfatizó el ministro.
Clases presenciales. Foto: Orlando Pelichotti / Los Andes
En este sentido, remarcó que “la presencialidad no es una cuestión de deseo” sino “una cuestión de responsabilidad”.
Justamente, el titular de la cartera educativa reiteró que “la evidencia” confirma que “las aulas no son un espacio de contagio porque se pueden aplicar los protocolos de distanciamiento físico, de ventilación, con tapaboca e ingreso escalonado”, con lo cual reafirmó la continuidad de la “presencialidad cuidada”.
“Sí tiene que haber, como se está promoviendo, políticas más recogidas en algunos aspectos pero no comencemos por la escuela, vayamos a donde está el foco”, enfatizó Trotta, en alusión a la nocturnidad y a la relajamiento de cuidados en “los ámbitos sociales y familiares”.
Asimismo, al ser consultado sobre cómo se maneja el control de los niños fuera de las aulas, el funcionario dijo que, “si no logramos resolver eso, va a terminar afectando la escuela”.