Como si fuera una película de ciencia ficción. Una amenaza espacial viene desde el pasado hacia la Tierra.
Se espera que ingrese a la atmósfera y se estrelle en una zona muy amplia, considerada actualmente por los científicos.
Como si fuera una nueva emisión de “Terminator” (aunque este viene del futuro) o de la mítica “Viaje a las estrellas”. Una nave espacial, lanzada al espacio en 1972, llamada Kosmos 482, avanza hacia nuestro hogar y se espera que ingrese este sábado a la atmósfera.
La nave fue enviada en plena Guerra Fría y lucha por la conquista del espacio por la entonces Unión Soviética.
Pero no pudo cumplir su misión. Estaba programada para que, en caso de una emergencia, se dirigiera hacia Venus, con una estructura capaz de soportar su entrada por la fuerza de gravedad.
Sin embargo, algo salió mal y la nave no solo no se dirigió hacia Venus. Quedó orbitando la Tierra, se fue deteriorando y ahora, se precipita contra nuestro planeta.
Esta amenaza que vuelve del pasado tiene otro perfil muy preocupante.
Está preparada para resistir el ingreso a la atmósfera venusina, más potente que la de la Tierra. Por lo tanto, debería soportar atravesar el ingreso a nuestra atmósfera sin destruirse, como ocurre casi a diario con pequeños meteoritos o satélites que ya no utilizamos.
Pero Kosmos es especial y tiene una sorpresa más: si resiste el reingreso en la Tierra, el rango en donde puede caer es de casi el 66% del planeta. Si no se destruye en el aire, en donde impacte, puede causar un daño muy grave.
Lo real, es que este aparato diseñado por el hombre, se vuelve contra nosotros. Luego de 53 años, casi como una pesadilla cósmica.
Este sábado debe enfrentar – y doblegar – la resistencia de la capa exterior de la atmósfera. La nave soviética, no rusa, tiene otro problema para nosotros. Si no se destruye en el reingreso, el rango de la superficie planetaria en donde puede caer es muy amplio.
Los especialistas dicen que el espectro abarca desde el paralelo 50 latitud norte y 50 de latitud sur.